Home Jorge Luis Borges “Borges In Situ” El libro que todos querríamos haber escrito [El Aleph del Sexto Piso]
“Borges In Situ” El libro que todos querríamos haber escrito [El Aleph del Sexto Piso]
anamariarivera.blogspot.com junio 16, 2022 0
[Carátula del libro de Alejandro Pose Mayayo, Borges In Situ] |
[María Kodama y el autor Alejandro Pose Mayayo] |
Cuánto anhelo haber sido uno de los protagonistas de este libro, y haber gravitado allá por los años ochenta, en el último Buenos Aires de Borges; anhelo imaginar que sin duda logré llegar con este par de audaces chicos, Alejandro y Jorge, y pude haber visto al poeta, aunque solo hubiese sido una, al menos, de las cinco tardes, que un generoso azar forjó en la vida de estos dos argentinos de Mar de Plata. Para fortuna suya, ellos lograron materializar ese recurrente sueño de cualquier lector de Borges. Nosotros, hubiésemos sido felices con haber tropezado con su bastón chino cuando deambulaba por Constitución o Florida, o haberlo visto sonreír o proferir una ironía, un doméstico oxímoron, mientras quizá dijéramos de memoria algunos versos suyos.
Por eso, hace algunos años, cuando Alejandro Pose Mayayo, me concedió el honor de leer el manuscrito de Borges in Situ, ensoñé con su edición, hoy el libro ya hace parte de la ilimitada y periódica Biblioteca de Babel; la editorial sevillana Alfar, ha hecho posible que hoy podamos gozar de la lectura de una hazaña juvenil y libresca, que nos invita a compartir ese “ímpetu de alas” de dos lectores apasionados, que con dieciséis y dieciocho años, logran adentrarse en el apacible y laberíntico mundo, de un octogenario escritor de fin de siglo.
Cuando el libro no se publicaba aún, ensoñaba, dije ya, con esa publicación, tenía en mente la cubierta de un libro, que fácilmente podía interesar a un editor. No conocía un precedente del libro. Este sin existir aún como libro, de alguna manera ya había sido escrito, podríamos decir que desde 1980. Vislumbraba la cubierta de dicho libro aún inédito, se trataba de una acuarela o un óleo de la fachada del ya remirado edificio en Maipú; la escena sin embargo la componían, dos chicos en la vereda de enfrente, acechando El Aleph, no el de las escaleras abajo de la calle Garay, sino el de las escaleras arriba, en Maipú 994, en su Buenos Aires de “calles unánimes que engendran el espacio”. El Aleph del sexto piso, que fulguró allí, desde 1944 hasta 1986, para viajar ese mismo año a morir en Ginebra, a estar para siempre “Libre de la memoria, ilimitado, abstracto, casi futuro”.
Hoy, vemos en la cubierta del libro ya editado por Alfar, a un Borges desenfadado, en su dócil sillón verde azul, junto a su eterno y célibe Beppo, el gato armonioso que se mira en el espejo; vemos luego a Borges a través de la pluma de Alejandro; cuarenta y dos años han pasado, desde que esos dos chicos visionarios, viajaban en tren o en autobús, desde Mar de Plata a Buenos Aires, para conocer a Jorge Luis Borges, el austero, solitario y afable habitante del sexto piso, dueño ya en esa época, por supuesto, de una excepcional obra, (esa a la que aún hoy apelamos, desde cualquier disciplina del conocimiento, para nombrar, resignificar o traducir justamente, alguna porción de escurridiza realidad); y que como ningún otro escritor del siglo, (creo que muchos lo ignoraban), podías ir a visitar, hasta sin previo aviso.
Y es así entre divinas obsesiones e ímpetus, como estos dos chicos argentinos, logran coincidir varias tardes con él, y quedar para siempre marcados por el recuerdo del amado Poeta. El hecho de que quienes cuentan la narración sean dos jóvenes entusiastas que, ilusionados con conocer a Borges, el Aleph del sexto piso, logran no solo verlo: [Vi, vi, vi, vi…] sino hacer de esa memoria un instrumento nada poroso para el olvido; ese enfoque para mí, lo hace un libro único, es un documento valioso por su verosimilitud, su frescura, sus tiernas insolencias, su sinceridad; hecho no con la vanidad y las pretensiones de sus amanuenses, sino con la necesidad que urge al que es dueño de un gran secreto, que apremia ser compartido para que no se desdibuje, que reclama la memoria del otro; como bien dice Alejandro, aludiendo a La Memoria de Shakespeare, "un recuerdo para decir en voz baja a cuantos puedas alcanzar a llamar de la guía telefónica".
Ana María Rivera Salazar
Poeta Colombiana
Dirige Taller de Escritura Poética con Énfasis en Jorge Luis Borges.
https://anamararivera.blogspot.com/p/poeta-y-artistacolombiana-dirige-el.htm
Borges In Situ
Editorial Alfar
Autor: Alejandro Daniel Pose Mayayo
Escritor argentino
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