Recital Poético El Aleph un Tributo a Borges







El Recital Poético “El Aleph”, es una antologación de quince textos, entre poesía y prosa, seleccionados de nueve libros del escritor Jorge Luis Borges; en los cuales el autor argentino, aborda la condición fortuita del ser lector y el ser del poeta. La figura medieval de Dante, Beatriz y la Divina Comedía, soslayada entre las visiones de un Aleph vislumbrado en el decimonono escalón de el sótano contemporáneo, de una casa de la calle Garay, en Buenos Aires.

La Predestinación; El destino de los grandes, procurado, por la existencia de lo pequeño: así en Infierno I, 32, es la valerosa ignorancia del leopardo que inspira al poeta, “versos que tienen su preciso lugar en la trama del universo”. El Aleph, como el generoso universo, que no nos obnubila con un solo objeto como lo hace el Zahir, y nos deja ver a cambio, simultáneamente, sin superposición ni transparencia, “millones de actos deleitables o atroces”. El universo mismo como el sueño de un Dios; la creación artística como un producto de esa actividad onírica. El Dios que es soñado por otro, y que a su vez sueña a Shakespeare, el que abrumado de haber sido tantos, quiere ser uno y él.("uno y yo")

La ceguera y los Libros, esa "magnífica ironía de Dios". El paraíso en forma de una biblioteca. El Golem, aquel simulacro de hombre, “perdido en esa red sonora de antes, ayer, mientras, ahora,/ derecha, izquierda, yo, tú, aquellos, otros”. El Golem, el “penoso hijo”, engendrado en el candor y el artificio fonético del rabino, quien agrega desatinadamente un símbolo más a la infinita serie. La constante presencia de los símbolos del Judaísmo.

Ragnarök, la recurrencia de la mitología nórdica, el crepúsculo de los Dioses; la trágica vuelta de los eclipsados y casi mudos, Dioses clásicos. Los hombres dando muerte a los derrengados Dioses, que han vuelto “al cabo de un destierro de siglos”.
La inmortalidad: los hombres diciéndose adiós de una manera trivial, por que "se saben de algún modo inmortales". El Amor, la dulce amenaza universal, Borges enamorado.El humor como signo constante en la literatura borgeana. Macedonio y Borges: el suicidio, como posibilidad de discutir sin estorbo sobre la inmortalidad. La premonición de la muerte en el recuerdo de un verso latino. La realidad copiando la literatura. Pedro Henríquez Ureña.

Los Yahoos: la memoria; la reconfiguración de causa y efecto; la poesía, el lenguaje, la civilización, la vejez, La muerte, la ceguera, Buenos Aires...La multiplicidad de la que hablaba Calvino.


[En la voz colombiana de Ana María Rivera, y la Música original para piano y clarinete de Alejandro Díaz -Lamprea] 

A. M. R.

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