[Por favor No vea esta película: El Abrazo de la Serpiente]




Por Ana María Rivera

Por favor NO vea esta película. Se trata de un virus que puede alterar su conciencia. Es posible que salga de la sala de cine completamente enmudecido y al día siguiente quiera reencausar el destino de la humanidad, o por lo menos el de su desgastada humanidad.

No vea por favor "El Abrazo de la Serpiente", es posible que le inste a reflexionar sobre esta forma de vida nuestra, que no es sino una de las tantas posibilidades de estar sobre el planeta, no la única, ni la más consecuente. Y que hubo y habrá otras maneras de ser y pensarse en el mundo. Es posible que luego de ver la película, pueda empezar a olvidar las veleidades y regodeos citadinos, y asimilar por fin las palabras del poeta estadounidense, H. D. Thoreau, sobre la infinidad de cosas que hay en las grandes tiendas, que usted no necesita. Incluso puede llegar a comprender la inutilidad de tener más de un par de zapatos, más de un abrigo, una habitación, un reloj, un deseo. Y sopesar lo favorable que sería, poseer menos de un carro, menos de una tarjeta de crédito, menos de una cuenta bancaria, menos de un ordenador, un título, un móvil...Menos de una “experiencia vital”, mercantilizada en la adquisición de los objetos.

No vea esta película, puede poner en entredicho la vertiginosa reciente costumbre de ser perturbado por un indefinido número de interlocutores virtuales, que son dueños de su tiempo, de su opinión, de su conciencia, y resuelva triunfalmente que su próxima dirección de twiter será @noestoydisponible @mefuihoydecidíexistir @sigobuscándome, @quierosoñar, @salíapensarme, @cerradoporfaltadeconsistencia, @lavidaestaenotraparte; y su perifrástico correo electrónico se denomine, quiensecreequeesparaperturbarme@yahoostevenson.com [o punto con...miseración].

No vea la película, por favor, al día siguiente puede correr el riesgo de huir del asfalto y dejar abandonada su casa o apartamento, cuyo valor total, ha pagado 7 veces, pero que aún no es suyo. Y que seguirá pagando, como perdonando a un enemigo, según la biblia, 70 veces 7. Y no se salvará de este influjo el que se acredite como propietario de un inmueble que para que no deje se ser suyo, deba seguir  pagando ad infinitum , una estipulada, cuantiosa y anual suma de tributos e impuestos, cifras exorbitantes de administración, refacciones, servicios impúdicos y demás.

Por favor no vea esta película, no sabrá hacia dónde ir, que rumbo tomar, cuál camino puede llevarnos de vuelta, o qué pueda revertir el futuro, todo este gran teatro de la política mundial y de los emporios económicos, que han echado al traste la soberanía de las naciones, puede quedar desmontado y la idea del progreso, cifrado en la sobreexplotación de los recursos naturales que antepone el interés particular de “La compañía”, por encima de la cosmovisión de culturas milenarias a las que aniquila para confiscar sus riquezas, desmantelando, homogeneizando e imponiendo por la fuerza credos, lenguas y saberes, que siempre terminan  en extraños sincretismos, invisibles casi siempre, legitimados por la civilidad  , y cuyas doctrinas, como vemos, tienden al caos.

No vea "El Abrazo de la Serpiente", puede al cabo de unas horas, en forma de reminiscencia platónica recordar, cuando iba a comer helados con su padre, y el servicio dispensaba sin cobrar excedente, su respectivo tazón de agua, en tono de antaña discreta cortesía; y de paso en golpe hipnótico, al mejor estilo de Brian Weiss sufrir una regresión y revivir el día en que vio por primera vez la aberrante imagen del agua embotellada o embolsada con marca registrada, etiqueta y dueño, con documento apócrifo en mano, que le autorizaba a perpetuidad el derecho de vender lo que siempre fue de todos.  Por supuesto, una vez anestesiados hemos asistido a otras entrañables ignominias, la de la "semilla certificada", la del "oro y el arsénico", la del sofisma del petróleo, la gasolina, el carbón, la hidroeléctrica; y ya se dijo todo terminará con la parcelación, mercadeo, distribución y venta del éter, ese, nuestro auténtico trozo de cielo.

Resístase, no vea ésta película, es posible que quede en evidencia, y puedan haber expirado, al cabo de la proyección, sus 6 o 7 títulos académicos, 3 de los cuales  acaba de terminar de pagar a su entidad bancaria, pirámide de confianza; y se encuentre íngrimo, después de haber emprendido desde muy niño, esa carrera desbocada del capitalismo cultural y su maquiavélica manía de “certificar” o “descertificar” el orbe.

Si no puede resistir y aun así quiere ver “El Abrazo de la Serpiente”, prepárese entonces para el encuentro con la belleza en forma de película, y para ver el arte que ha regresado de su condición de intermediario y de operador de pirotecnias o de consabidas ejecutorias, sobreestimación de lo vacuo, epidérmico y visceral. 

Ana María Rivera ©


[Prototipo cero]
En Estancia Artística
“Pabellón de la Límpida Soledad
tras el rastro de Ts'ui Pên.
Diseñando objetos ideales 
y esencialmente destinados 
a las necesidades poéticas"

  
                                              
 Reserva Forestal Ambeima

 Villa Restrepo, febrero de 2016.

1 comentario :

  1. Demasiado tarde... Dos veces la vi, dos veces me removió las entrañas... Tendré que rendirme ante ella y verla más veces a ver si trasboco tantos vicios de la modernidad y finalmente encuentro algún camino que me lleva a lo básico, a lo esencial. Y pensar que eso tan sencillo que busco se encuentra allí donde yo pueda dejar tanta terquedad y vista gorda. Largo camino.

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